Nadie
– ¿Y tú…, quién eres tú? -preguntó.
Atreyu pensó un poco antes de responder:
– Soy Nadie.
– ¿Qué quiere decir eso?
– Quiere decir que en otro tiempo tenía un nombre. Ese nombre no debe ser ya pronunciado. Por eso soy Nadie.
El hombre-lobo descubrió un poco los labios, dejando ver su tremenda dentadura, lo que sin duda equivalía a una sonrisa. Conocía tinieblas del alma de todas clases y sentía que, de algún modo, estaba ante un igual.
– Si eso es así -dijo con voz ronca-, Nadie me ha oído, Nadie ha venido hasta aquí y Nadie ha hablado conmigo en mi última hora.
Página 170, editorial Punto de Lectura
Después de que David encontrara parecido entre los dos Colonos y el milagroso Max y su mujer de La Princesa Prometida, este fragmento me recuerda una de las muestras de ingenio de Ulises en La Odisea. En ella, el héroe de vuelta a Ítaca se encuentra encerrado en la cueva donde habita Polifemo, un gigante con un solo ojo en mitad de la frente. A este le hace creer que su nombre es Nadie. Tras emborracharlo y clavarle un garrote puntiagudo en su único ojo, Polifemo sale dolorido en busca de ayuda. Cuando le preguntan quién lo ha lastimado y este contesta que Nadie, sus compañeros lo ignoran. Tras este desconcierto, Ulises consigue escapar. Al recordar esta historia, pensé que Atreyu acabaría escapando de alguna forma parecida a Ulises.
Aquí podéis ver una escultura de Ulises y sus compañeros en el momento en el que hieren a Polifemo:
Y aquí el fragmento mencionado de la película: